La inestabilidad en el Sahel lleva años convertida en una amenaza continua en todos los informes del Departamento de Seguridad Nacional, el órgano que asesora al presidente del Gobierno en este asunto. Por un lado, por el auge de las organizaciones terroristas en la zona. Y por otro, por la inmigración masiva que, aunque no esté vinculada con el terrorismo, puede ser usada por las redes criminales para otros tráficos ilícitos. Y es que aunque la ruta con destino a las islas Canarias esté experimentando un descenso que no se registraba en años –en gran medida por la mano dura que está aplicando Mauritania, regada con fondos de la UE y España, contra los inmigrantes–, aproximadamente el 90% de las personas que llegan al archipiélago es maliense. Una nacionalidad que ha desbancado en el último año a marroquíes y senegaleses.
La actual crisis de carburantes que afecta a Mali está siendo seguida –muy de cerca– desde el organismo clave para la seguridad y defensa de España. Los informes que están llegando, según fuentes próximas a ellos, recogen la preocupación por un problema de abastecimiento, pero no de seguridad –por el momento–. No se prevé una evacuación inmediata del millar de españoles que están registrados en Mali, aunque el Ministerio de Exteriores, en línea con Estados Unidos y otros países europeos, recomienda salir de la capital ante la amenaza yihadista. No obstante, se está advirtiendo de que la situación es tan frágil, que los acontecimientos se podrían precipitar, y se podría repetir una evacuación con aviones de las fuerzas armadas como el realizado en Kabul en el 2021. Pero aún no nos encontramos en esa pantalla.
Gasolinera en Bamako, la capital de Mali, el pasado sábado
Los expertos temen que si los terroristas toman Mali viren su agenda de lo local al foco en el exterior
Lo que sí preocupa es un siguiente nivel, con un hipotético escenario en el que los yihadistas derroquen a la junta militar. “Un país convertido en un santuario del terrorismo”, lo califican desde los servicios de información de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Un país, remarcan las mismas fuentes, que comparte frontera sur con el vecino Marruecos: nuestra área de influencia.
Si finalmente prevalece el terrorismo en Mali, previsiblemente, podría provocar desplazamientos masivos, en los que el componente mayoritario de la motivación pasase de la búsqueda de una vida mejor a una cuestión de supervivencia. Y lo que es peor, según expresan todos los expertos en lucha antiterrorista, que los grupos yihadistas viren su agenda, hasta ahora local, para focalizarla en el exterior.
