Un Israel dividido aguarda a un acuerdo con Hamas

En el bajo del amplificador suena una base de tecno que se confunde con el eco lejano de los bombardeos. Centenares de personas conmemoran el segundo aniversario de los ataques del 7 de octubre en la misma explanada donde tuvo lugar el festival Nova, donde fallecieron 378 personas y 44 fueron secuestradas.

A escasos kilómetros de aquí, las nubes de humo se alzan sobre la franja de Gaza, sin perturbar a Alex, superviviente de la matanza y encargado de pinchar música en esta conmemoración. “Te acostumbras al sonido (de los ataques aéreos)”, sostiene, antes de declarar que “la música es la medicina para el trauma”. Cuando se le pregunta qué piensa sobre los gazatíes, se limita a sonreír y seguir bailando.

“Muchos de mis amigos murieron, y uno de ellos sigue rehén en Gaza”, dice Eliel, de 36 años, quien consiguió escapar del ataque del festival de música. Desde entonces, ha servido más de 200 días en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), operando drones bomba. Espera que las conversaciones de paz de Sharm el Sheikh, en Egipto, pongan fin al conflicto y que su compañero regrese.

Sin embargo, el segundo día de conversaciones en la ciudad balneario del Sinaí demostró que sigue habiendo puntos de discordia entre Hamas e Israel, y que la paz exprés que Donald Trump busca puede tardar más de lo esperado.

El grupo islamista afirma que está decidido a alcanzar un acuerdo, pero mantiene sus exigencias. Un alto cargo de Hamas, Fawzi Barhoum, aseguró en el canal catarí Al Yazira que su delegación “trabaja para superar los obstáculos” y alcanzar un trato que responda a las aspiraciones del pueblo palestino.

Para ello, aseguró, Israel debe garantizar el cese total de las hostilidades, la retirada completa de las tropas israelíes y el inicio inmediato de la reconstrucción bajo la supervisión de un “organismo palestino tecnocrático nacional” que, según el plan original del presidente Donald Trump, contaría con la presencia de una Autoridad Palestina renovada.

“Siento tristeza cuando veo lo que sucede en Gaza, deseo la paz, pero se que no hay solución ideal” asegura Gal

Por su parte, Israel también ha dibujado sus líneas rojas, que incluyen el desarme de Hamás –a lo que el grupo se opone– y su salida del poder en la Franja. Con motivo de los dos años del ataque que dejó 1.251 muertos en Israel, una coalición de facciones palestinas –entre las que figuran Hamas y Yihad Islámica– reiteró su compromiso con la “resistencia por todos los medios” y afirmó que “nadie tiene derecho a renunciar a las armas del pueblo palestino”.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, no ha realizado por el momento ningún comentario sobre el estado de las negociaciones. Un grupo vinculado a las familias de los rehenes acampa frente a su residencia en Jerusalén para que finalmente acepte un acuerdo que garantice el regreso de los cautivos.

En el parque Hayarkon, en el centro de Tel Aviv, más de 20.000 personas llenaron las gradas del acto de conmemoración de los ataques, organizado por el Foro de Familias de Rehenes del 7 de octubre. El colectivo se ha mostrado beligerante con la postura del Gobierno israelí por su fracaso en el regreso de los secuestrados.

“En estos dos años, Israel se ha convertido en la sociedad del Prozac”, asegura Shelly, israelí y madre de dos hijas en el ejército, quien afirma que todos los ciudadanos del país “viven en permanente estado de ansiedad”. “Deseo la paz, siento tristeza cuando veo lo que sucede en Gaza, pero sé que no hay una solución ideal al problema”, explica su marido, Gal.

Fuentes estadounidenses presentes en las conversaciones de Sharm el Sheikh explican que el objetivo inmediato es detener los combates, especialmente cruentos en Ciudad de Gaza, y lograr la liberación inmediata de los secuestrados.

El enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, se unió al diálogo ayer, según anunció el ministro de Exteriores egipcio, Bader Abdelaty. “Nos esforzamos por alcanzar soluciones de compromiso que garanticen poner fin a esta guerra injusta, aprovechar la oportunidad para liberar a todos los rehenes y a un número de prisioneros palestinos, así como introducir ayuda en la franja de Gaza”, recalcó el ministro de Exteriores egipcio, quien mantuvo, junto con su homólogo alemán, Johann Wadephul –de visita oficial en El Cairo–, una llamada con Witkoff en la que hablaron “sobre la necesidad de adoptar una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU aprobando el plan”.

En paralelo, Trump subrayó que su país tiene “mucho poder” y hará “todo lo posible” para que Israel y Hamas cumplan con los 20 puntos que él propuso para terminar el conflicto, declaró durante la reunión en la Casa Blanca con el primer ministro canadiense, Mark Carney. Sin embargo, la delegación qatarí aseguró que la paz no será tan sencilla de conseguir.

La comunidad internacional aprovechó la señalada fecha del 7 de octubre para recordar el ataque mortal de Hamas, pero también para mostrar su indignación ante la ofensiva israelí sobre Gaza, que ya ha dejado más de 67.000 muertos, según el Ministerio de Salud gazatí. “Hace dos años, Hamas y otros grupos armados palestinos lanzaron un atroz ataque terrorista a gran escala contra Israel… Recordemos a todos los que fueron asesinados y sufrieron una violencia indescriptible”, aseguró el secretario general de la ONU, António Guterres. “La reciente propuesta de acuerdo representa una oportunidad que debemos aprovechar para poner fin a este trágico conflicto”, añadió.

Desde Ciudad de Gaza, Suhail, que se encuentra agotado, dice que ha perdido toda esperanza. “Nada volverá a ser lo mismo. Toda la vida que existía aquí ha desaparecido. Por mucho que firmen un pacto, nadie nos va a devolver todo lo que hemos perdido”, relata en un mensaje de voz breve, antes de perder la conexión.

Los hutíes ‘avisan’ con drones sobre la negociación

El ejército israelí aseguró ayer haber interceptado cuatro drones lanzados desde Yemen en dirección al sur de Israel y que activaron las sirenas antiaéreas en Eilat. Los rebeldes hutíes de Yemen lanzan con frecuencia – en solidaridad con los palestinos y desde el inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza– misiles y drones contra territorio israelí. La inmensa mayoría son interceptados. Los hutíes aseguran que siguen “de cerca los acontecimientos” en el enclave palestino y que “actuarán” según los resultados de las negociaciones que se siguen en Egipto. Durante el último alto el fuego en la franja, entre enero y marzo, los hutíes detuvieron el lanzamiento de misiles contra el Estado hebreo. Israel bombardeó en varias ocasiones la capital yemení, Saná, y otras áreas bajo control de los insurgentes. En uno de esos ataques murió el primer ministro hutí, Ahmed al Rahawi, junto a once miembros de su gobierno. De otro lado, nueve empleados más de Naciones Unidas han sido detenidos de forma arbitraria por las autoridades hutíes, con lo que ya son 53 los miembros de la organización en cautiverio desde el 2021. Esta situación ha llevado a que la ONU limite a la asistencia mínima vital sus operaciones en las zonas del país controladas por los hutíes y a suspender todo su trabajo en la provincia de Saada.

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