Un rugido de ira por el león Blondie

Era uno de los objetivos más codiciados para los clientes de los safaris fotográficos en el Parque Nacional de Hwange, en el noroeste de Zimbabue, y con razón. La última vez que este periodista visitó la reserva, en otoño del año pasado, su nombre estaba en boca de todos los guías de la zona: Blondie, un imponente león macho de melena rubia, en su plena madurez a sus cinco años y tres meses, y jefe de una generosa manada formada por tres hembras y diez cachorros, siete de ellos de un año de edad y tres más nacidos hace apenas dos meses. 

Toparse con el felino y su prole aseguraba la satisfacción de los visitantes a esta reserva situada a un centenar de kilómetros de las Cataratas Victoria y famosa por su enorme -excesiva para las dimensiones del parque, según los críticos- población de elefantes, de unos 1.600 ejemplares. La emoción de quienes tuvieron la suerte de ver a Blondie no volverá a repetirse: a finales de junio o inicios de julio, un cazador y coleccionista de trofeos disparó y mató al animal aprovechando que el león había salido unos diez kilómetros de los límites de la reserva protegida.

Imagen del cadáver de Blondie junto al cazador y los guías que lo abatieron. La foto fue borrada poco después de publicarse ante la indignación desatada.

Imagen del cadáver de Blondie junto al cazador y los guías que lo abatieron. La foto fue borrada poco después de publicarse ante la indignación desatada.

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No importó que Blondie llevara un collar GPS de la Unidad de Investigación de Conservación de la Vida Silvestre de la Universidad de Oxford (WildCRU) o que la edad mínima recomendada por las leyes de caza de Zimbabue para que un león sea abatido como trofeo sea de seis años.

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Aunque la Asociación de Guías Profesionales de Zimbabue (ZPGA), una de las más prestigiosas de África, señaló que la caza se produjo con total legalidad y el cazador tenía los permisos correspondientes, la muerte del emblemático animal despertó la indignación de los conservacionistas y reabrió las heridas de la muerte, hace una década, del león Cecil, también abatido por un cazador en el Parque de Hwange y que se convirtió en el símbolo de la lucha contra la caza deportiva de un felino en peligro. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en los últimos 25 años, la población de leones africanos salvajes se ha reducido a la mitad, y se estima que quedan entre 23.000 y 39.000 leones en libertad.

El macho, de cinco años de edad, llevaba un collar GPS para un estudio de Oxford y era el líder de una manada de tres hembras y diez cachorros

Para el director ejecutivo de la agencia Africa Geographic, Simon Espley, que costeó el collar gps de la Universidad de Oxford, la muerte del león es injustificable: “Para ser claro, la caza de Blondie fue legal pero profundamente inmoral”. Para Espley, quien se mostró “consternado e indignado”, el hecho de que “el prominente collar de Blondie no impidiera que se le ofreciera a un cliente de caza confirma la cruda realidad de que ningún león está a salvo. Era un macho reproductor en su mejor momento, lo que pone en entredicho la ética que la ZPGA suele promover y las reiteradas afirmaciones de que los cazadores de trofeos solo buscan machos viejos que no están en edad reproductiva».

Para ser claro, la caza de Blondie fue legal pero profundamente inmoral”

Simon EspleyAfrica Geographic

No fue el único grito de ira por Blondie. Tricia Croasdell, directora de la organización Protección del Mundo Animal se mostró “devastada” -“¿Diez años después de la muerte del león Cecil, no hemos aprendido nada?, lamentó- y Mark Jones, portavoz de la organización británica por la vida salvaje Nacidos Libres señaló a quienes se lucran con la actividad. “Los operadores de caza cínicos están dispuestos a infringir las normas nacionales para satisfacer la sed de sangre de sus clientes y enriquecerse. El mero hecho de que saquen leones de los parques nacionales sugiere que ya no quedan ejemplares en las zonas de caza para que los cacen, lo que refleja el enorme daño que la caza de trofeos está causando a las poblaciones de leones. Esta actividad irresponsable no tiene cabida en el mundo moderno, cuando la fauna silvestre necesita toda la ayuda posible para sobrevivir. La caza de trofeos debe relegarse al pasado”.

Los cazadores subrayan la legalidad del acto

Activistas pro caza defienden la legalidad de la caza de Blondie y recuerdan que las autoridades “tienen el deber de velar por la conservaciónde Zimbabue”

Ante el alud de críticas, el portal pro cazadores Gaceta de Caza en África publicó una artículo para defender la profesionalidad tanto del cazador que abatió a Blondie como de las autoridades locales, rechazó las acusaciones de que el león había sido conducido con carnada fuera de la reserva y que el collar Gps fuera visible a simple vista. “Los Parques Nacionales tienen el deber de velar por la conservación de Zimbabue. La buena gobernanza es el aspecto clave, no a la búsqueda del apoyo popular con detalles sesgados ni a la manipulación emocional”.

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