Su imagen se ha convertido en una de las más difundidas de la guerra entre Israel e Irán. Sahar Emami, célebre presentadora de la televisión estatal iraní IRIB, estaba conduciendo un segmento informativo el pasado lunes cuando se vio afectada por un ataque israelí contra el canal.
Antes de evacuar el estudio y de que la cámara se llenara de humo y polvo, la comunicadora –vestida con un chador oscuro– levantó su dedo índice para denunciar “el sonido del agresor que ataca nuestra patria, que busca sofocar la rectitud y la verdad”. Para completar su gesta, Emami reapareció poco después en otro estudio y junto a un compañero. Mientras se veían imágenes de llamas y escombros en la sede, afirmó que “no fue bombardeado el edificio, sino la libertad de expresión, la verdad y las voces de las mujeres, los hombres y los niños martirizados en los últimos días”.

Israel bombardea la televisión estatal iraní mientras emitía en directo
Los críticos no olvidan que justificó la violencia contra las mujeres en las protestas de 2022-23
Según la IRIB, Israel lanzó cuatro proyectiles sobre sus instalaciones, matando a tres personas y causando un gran incendio en el edificio. Esto ocurrió una hora después de que el ejército israelí emitiera una orden –imposible de realizar– de evacuar el Distrito 3 del centro de Teherán, un área habitada por 330.000 personas y que incluye las instalaciones de la emisora, el cuartel general de la policía y tres hospitales.
La figura y las palabras de Emami resonaron rápido entre los iraníes. Muchos –incluidos algunos detractores del régimen– la han resaltado como un símbolo de resistencia y desafío a la ofensiva israelí que, según el Ministerio de Salud, ha matado a más de 220 personas.
El ministro de Defensa hebreo, Israel Katz, celebró de inmediato el ataque a “la autoridad de difusión de propaganda e incitación del régimen iraní”. Pero, por el contrario, el bombardeo le ha servido en bandeja al liderazgo iraní un icono a aprovechar en tiempos convulsos. Emami ha sido elogiada por el presidente Masud Pezeshkian, quien la definió como “un símbolo de resiliencia, firmeza y espíritu inquebrantable”, mientras que el ministro de Exteriores, Abas Araghchi, subrayó que “en medio del ataque salvaje del régimen sionista, una mujer iraní valiente se mantuvo frente a la cámara: intrépida, firme y llena de amor por su patria”.
Menos de 24 horas después del bombardeo se instaló en el corazón de Teherán una pancarta gigante retratando la escena de Emami con el dedo levantado. De igual modo, en redes sociales se han multiplicado algunos dibujos y retratos de la mujer, incluido un montaje en el que se la ve rodeada por figuras haciendo el mismo gesto, entre ellos, el líder supremo Ali Jamenei o los difuntos jefes de Hizbulah, Hasan Nasrala, y de Hamas, Yahya Sinwar. En varias plataformas, los usuarios se han referido a Emami como una “leona iraní”. Sin embargo, algunos también minimizaron su gesto, indicando que solo vieron a alguien “huyendo” del estudio, o insinuando que la situación había sido forzada, cuando se sabía del ataque inminente.
Los más críticos han sacado a la luz las palabras de la presentadora justificando la violencia de la policía hacia las mujeres durante las protestas de 2022 y 2023 por el asesinato de Mahsa Amini a manos de la policía de la moral. “Las mujeres más valientes del mundo fueron las asesinadas hace dos años [en la represión a las manifestaciones], no esta mujer”, replica un usuario.
Israel también ha afrontado críticas por su ataque a la televisión, una infraestructura civil. El Comité para la Protección de los Periodistas se dijo “consternado” por el bombardeo y su representante para Oriente Medio, Sara Qudah, ha subrayado que “el asesinato impune de [más de] 200 periodistas en Gaza por Israel lo ha envalentonado para atacar a los medios de comunicación en otras partes de la región”.