Las amenazas del presidente de EE.UU., Donald Trump, de imponer aranceles del 50% a la Unión Europea han llevado a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a conversar directamente por teléfono con el mandatario estadounidense. Según ha informado ella misma en una publicación en sus redes sociales, la líder comunitaria le ha pedido a Trump respetar los plazos de las negociaciones que establecieron tras pausar las represalias comerciales a principios de abril.
“Buena llamada”, ha señalado la alemana, recordando que EE.UU. y la UE mantienen la relación comercial “más importante y cercana del mundo”. “Europa está preparada para avanzar en las conversaciones de forma rápida y decisiva. Para llegar a un buen acuerdo, necesitaríamos tiempo hasta el 9 de julio”, ha continuado, tras la que es la primera conversación bilateral por teléfono en el segundo mandato del republicano.
“Europa está preparada para avanzar en las conversaciones de forma rápida y decisiva”, apunta la alemana
El arrebato del viernes de Trump, cuando en una de sus publicaciones en su propia red social el presidente estadounidense recomendó que los aranceles con la UE han de ser del 50% a partir del 1 de junio, pilló por sorpresa a Bruselas porque llegaba apenas una semana después de que el encargado de las negociaciones, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, acordara con el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, intensificar las conversaciones a nivel técnico para llegar a un acuerdo comercial cuanto antes.
Después de que Trump reculara a principios de abril y congelara durante 90 días sus aranceles “recíprocos” anunciados en el que bautizó como el “día de la liberación”, la UE decidió aprovechar este espacio para negociar y pausar también su primer paquete de represalias comerciales, pese a que Washington mantiene en vigor unos gravámenes del 25% sobre el acero, el aluminio y los coches y un arancel generalizado al 10% para el resto de productos europeos.

Pero Trump parece haberse cansado de las negociaciones, y el viernes amenazó con nuevos aranceles más altos a partir de junio para presionar a la UE a llegar a un acuerdo. “Es muy difícil negociar con la UE”, escribió en su red social, que es la verdadera vía oficial de comunicar sus iniciativas ejecutivas. “Nuestras discusiones con ellos no van a ninguna parte”, insistió.
Ese mismo viernes, Sefcovic tenía programada una llamada con sus homólogos al otro lado del Atlántico, y aprovechó la cita para pedir aclaraciones. A través de su cuenta de X, Sefcovic dio a entender que, pese a que las posturas no parecían cercanas, sí existía la voluntad de alcanzar un acuerdo por ambas partes ante lo que estaba en juego. “La UE está plenamente comprometida con un acuerdo que beneficie a ambas partes. El comercio entre Europa y Estados Unidos es inigualable y debe guiarse por el respeto mutuo, no por las amenazas. Estamos dispuestos a defender nuestros intereses”, señaló el comisario tratando de mantener el pulso a Trump ante su nueva amenaza .
“Europa no se va a arrugar”, avisa la vicepresidenta Teresa Ribera
Todo ocurre después de que la semana pasada Washington enviara a Bruselas una lista de exigencias para reducir el déficit, entre ellas las denominadas barreras no arancelarias, como la adopción de las normas de seguridad alimentaria estadounidenses y la eliminación de los impuestos nacionales sobre los servicios digitales, según personas familiarizadas con el asunto. La UE ha respondido con ofertas concretas. Por ejemplo, aranceles cero en bienes industriales, comprar más gas natural licuado –que Europa necesita para emanciparse del gas ruso– y soja, y también cooperar en asuntos como el exceso de capacidad siderúrgica, que ambas partes achacan a China. La llamada, antes de la tormenta desatada por Trump, estaba destinada a abordar todas estas cuestiones.
“Estamos asistiendo a un espectáculo con muy pocos precedentes en nuestros tiempos, la vocación agresiva de la administración federal de EE.UU. de imponer sus condiciones, sus intereses, como si los demás nos fuéramos a arrugar”, aseguró este sábado la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión para Comertencia y Transición Ecológica, Teresa Ribera. “Europa no se va a arrugar –avisó–, no va a consentir que se impongan condiciones contrarias a los intereses de las empresas y de la sociedad europea”.