Una violenta protesta de más de 7.300 agricultores y 950 tractores colapsaba este jueves el corazón del barrio europeo de Bruselas para protestar por, entre otras cosas, el inminente acuerdo comercial con el bloque del Mercosur. Al final, los trabajadores del campo europeos se marcharán satisfechos a sus casas, porque la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha comunicado a última hora a los líderes el aplazamiento a enero de la firma del pacto prevista inicialmente para este sábado en Foz do Iguaçu (Brasil).
La decisión de Von der Leyen llega después del rechazo frontal del presidente francés, Emmanuel Macron, y las dudas de última hora de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, por los grandes problemas internos que les supone la ratificación de este pacto que lleva cocinándose más de 25 años. No ayudaba que, no muy lejos de la cumbre, los manifestantes bloqueaban el centro de Bruselas y prendían fuego a decenas de neumáticos frente a la Eurocámara, también para protestar por el recorte de los fondos agrarios en el próximo presupuesto comunitario.
Protestas de los agricultores este jueves en Bruselas
Pese a la presión del presidente español, Pedro Sánchez, y del canciller alemán, Friedrich Merz, sin el aval de Francia o Italia la Comisión ha constatado que no tiene la mayoría cualificada necesaria para poder ratificar el pacto.
Sin embargo, el rechazo de Italia parece temporal. Según ha contado hoy el presidente brasileño, Lula da Silva, la primera ministra italiana le ha llamado para asegurarle que estaba dispuesta a recular si le dan más tiempo para convencer a sus agricultores con las respuestas necesarias.
Según el brasileño, que abrió la puerta al retraso tras pedir Meloni “paciencia”, la italiana necesita como máximo un mes, y reclamó calma a los socios suramericanos, pese a la amenaza previa de cancelar el pacto. Después, Meloni ha logrado convencer a la Comisión que tiene el aval de Brasil para posponer unas semanas el pacto, con lo que Von der Leyen ha terminado informando al resto de delegaciones que, por el momento, hasta el 2026 no viajarán a Brasil.
La delegación europea descartó desde el principio volar para la cumbre, donde Von der Leyen esperaba rubricar el acuerdo este fin de semana, si no tenían garantizado que iban a poder llegar con la mayoría necesaria. De momento no hay una nueva fecha fijada, pero sí que han prometido a Da Silva que será a principios de enero, ya que a partir del día 15 expira la presidencia rotatoria brasileña del bloque.
Mientras Macron, temeroso del avance de la ultraderecha francesa, ha sido clarísimo al decir que el acuerdo es “insuficiente” para Francia y para sus agricultores porque consideran que las salvaguardas introducidas no protegen suficientemente al campo francés; Meloni ha sido más esquiva al no poder explicar claramente a los técnicos comunitarios qué problema tiene con el actual pacto para haberse descolgado a última hora.
Desde Bruselas entienden que se trata de miedos “irracionales”, sobre todo por problemas políticos internos, con un socio en el Gobierno, la Liga, muy reacio al tratado de libre comercio. Hermanos de Italia, el partido de Meloni, tiene un estrecho vínculo con las asociaciones agrarias. Pero también confían en que la primera ministra italiana termine cediendo, tal y como apuntaba un destacado comunicado del Gobierno italiano. En él, prometía estar “listo a suscribir el acuerdo tan pronto se resuelvan las respuestas necesarias a los agricultores, que dependen de las decisiones de la Comisión Europea y pueden definirse en tiempos breves”.
La apertura da esperanza a los grandes defensores del acuerdo con el Mercosur entre los Veintisiete, especialmente, los gobiernos de Pedro Sánchez y del alemán Friedrich Merz, que creen que con la guerra arancelaria de Donald Trump Europa no se puede permitir perder socios comerciales. “Este acuerdo comercial es el primero de otros tantos que deben de venir para que Europa gane peso geoeconómico y peso geopolítico en un momento en el que se está cuestionando por parte de adversarios claros, como es el caso de (el presidente ruso, Vladimir) Putin, o incluso también de aliados tradicionales, como es el caso de la Administración estadounidense”, ha advertido el presidente español en su llegada a la cumbre.
