Dinamarca reaccionó este miércoles con cauteloso alivio al anuncio por parte de Washington del cambio de itinerario de una controvertida visita a Groenlandia del vicepresidente, JD Vance, y de la segunda dama, Usha Vance, que había generado indignación en Copenhague y en la isla ártica, objeto de deseo de Donald Trump, que insiste en su voluntad de anexionarla a Estados Unidos.
Inicialmente, Usha Vance iba a acudir el jueves a una popular carrera de trineos tirados por perros, y ahora el programa, encabezado por su marido, consiste en una visita el viernes a la base espacial estadounidense de Pituffik, en el noroeste de este territorio con gobierno propio. Será “para recibir información sobre cuestiones de seguridad en el Ártico y reunirse con militares estadounidenses», según anunció la Casa Blanca.
“Creo que es muy positivo que los estadounidenses hayan cancelado su visita a la sociedad groenlandesa; en su lugar, visitarán su propia base, Pituffik, y no tenemos nada en contra de ello”, declaró este miércoles el ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, a la emisora DR. El martes, la primera ministra, Mette Frederiksen, dijo que la anunciada visita de Usha Vance a la carrera de trineos en Sisimiut –segunda ciudad groenlandesa tras la capital, Nuuk- constituía “una presión inaceptable” sobre Groenlandia.

El primer ministro en funciones, Múte Bourup Egede, calificó el plan de “provocación”, porque además coincide con las negociaciones para formar el nuevo gobierno de coalición tras las elecciones generales celebradas el pasado 11 de marzo, y hay también comicios municipales el día 1 de abril.
Según una encuesta de finales de enero encargada por los periódicos Berlingske (danés) y Sermitsiaq (groenlandés), el 85% no quiere que su isla se convierta en territorio estadounidense. El 7 de enero la visita a la isla de Donald Trump Jr., hijo del presidente, ya levantó chispas entre la población y la clase política groenlandesas. En Sisimiut se preparaba una manifestación contra la llegada de Usha Vance, que inicialmente iba a viajar acompañada por Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional, y Chris Wright, secretario de Energía.