Austria predijo un gran apagón eléctrico antes de finalizar el 2025

Prepararse para un gran apagón. Esto es lo que lleva haciendo Austria desde que en el 2021 augurara que el país tenía todos los números de sufrir fallos graves en el suministro eléctrico, unas afectaciones que dejarían a oscuras a toda su población. El informe anual de política de seguridad del país centroeuropeo del 2020 alertaba de que la probabilidad en los próximos cinco años era de “un 100%”.

En un contexto de pandemia, cuando todo era susceptible de catástrofe, la noticia encendió todas las alarmas y se debatió sobre ello. ¿Era posible que un país europeo se quedara sin electricidad durante horas? Austria acertó en el pronóstico, aunque no en la ubicación. España y Portugal -y en menor medida, Francia- han sido las víctimas de este blackout vaticinado por la ministra de Defensa austríaca, Klaudia Tanner. “La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, decía en abril del 2021.

“La cuestión no es si habrá un gran apagón, sino cuándo”, vaticinó Klaudia Tanner, ministra de Defensa

La prevención ha sido el baluarte de Tanner, perteneciente al partido popular austríaco (ÖPV), desde que la democristiana asumiera la cartera de Defensa a comienzos del 2020. “Se trata de un peligro real, pero subestimado”, advertía, al mismo tiempo que animaba al resto de países europeos a mantener en alerta a sus ciudadanos porque un apagón en su país, tan interconectado, repercutiría al vecindario.

Por ello, ante un panorama hasta no hace tanto distópico, Austria decidió mover ficha. Desde entonces ha intentado concienciar a la población acerca de los riesgos de posibles afectaciones a las infraestructuras y a los abastecimientos, así como de sus consecuencias graves o impredecibles. Lo hizo a través de campañas en las que alentaba a la planificación y preparación de los austríacos para hacer frente a situaciones extremas. En definitiva, a anticiparse a situaciones desconocidas, con kits de supervivencia –parecidos al que en marzo promocionó la Unión Europea– de hasta dos semanas de duración.

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Además, en el país se realizan simulacros y ejercicios de emergencia de forma regular con la participación de diversas instituciones, operadores de red y otros actores relevantes para simular situaciones críticas para así mejorar la capacidad de respuesta ante posibles incidentes.

La otra gran medida preventiva tenía como principal argumento la seguridad. Un gran apagón prolongado en el tiempo conduciría a una inestabilidad en todos los ámbitos, agravada con el paso de los días. Por ese motivo el ejecutivo austríaco se marcó como objetivo, antes de finalizar el 2025, conseguir unas instalaciones autosuficientes para las fuerzas armadas, con independencia en el suministro de energía eléctrica, calor, agua, combustible, alimentos y atención sanitaria de al menos quince días.

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La Gran Vía de Madrid, sin luz durante el apagón masivo del sistema eléctrico 

Borja Sánchez-Trillo / EFE

La operativa se anunció que se llevaría a cabo a través de potentes generadores de emergencia que sirvieran como bases logísticas protegidas, como por ejemplo para la policía, los servicios de emergencia o bomberos. Esos puntos protegidos, denominados “islas de seguridad”, serían útiles para la distribución de ayuda si fuera necesaria.

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El ejecutivo austríaco considera que los fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, con olas de frío y de calor, aumentan la posibilidad de apagón. Otra de las causas es la generación y distribución de electricidad cada vez más descentralizada, que también contribuye a la fragilidad del sistema. Para reducir esa vulnerabilidad, Austria ha fortalecido de manera significativa la red eléctrica desde el 2021 con tal de modernizarla.

Un apagón similar en Europa central no puede descartarse

El gran apagón fue “perceptible” en el sistema de transmisión eléctrica de Austria, con una pequeña caída de la frecuencia, que dejó de recibir 800 megavatios de electricidad que había importado de España. Así lo informó este martes Gerhard Christiner, jefe del operador del sistema de transmisión Austrian Power Grid (APG), la empresa responsable de la red de transporte de electricidad, en declaraciones a la radio pública austríaca ORF, destacando como inusual la rapidez con la que se produjo el colapso de la red.
“Cuando España sufrió el apagón, esos 800 megavatios faltaron en el sistema (austríaco). Pero el resto de Europa lo compensó muy bien. Esto provocó una pequeña caída de la frecuencia porque no había suficiente potencia, pero las reservas de control que existían en el resto de Europa pudieron compensarlo”“, añadió el experto.
Christiner admitió que debido a la complejidad de las redes eléctricas no es posible descartar por completo que en Europa central se produzca un apagón similar al que sufrió la península Ibérica, el más grave registrado en España tanto por su extensión a lo largo de toda la geografía, salvo las islas y las ciudades autónomas de Ceuta y Meilla, como por el número de afectados, prácticamente toda la población. ”Siempre existe un riesgo residual, aunque consideramos que es muy, muy bajo“”, declaró.

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