San Antón llega cargado de mejoras en su ermita y entorno

Las fiestas de San Antón llegan este año cargadas de novedades. No tanto en las actividades previstas como en las mejoras realizadas en el entorno de la antiquísima ermita. La hermandad del santo anacoreta ha conseguido hacer realidad algunos arreglos que estaban pendientes. Por ejemplo el muro que circunda y sostiene la explanada, que se estaba rehundiendo poco a poco al ser suelo de relleno. Ha sido completamente rehecho, compactado y dotado de nueva alambrada.

En declaraciones a Radio Horizonte, el presidente de la hermandad, Antonio Ruíz-Peinado, agradeció la ayuda directa del Ayuntamiento, tanto material como humana para ayudar a reconstruir todo el perímetro. “Somos una hermandad pobre y sin esa ayuda no hubiera sido posible de ninguna manera”. El departamento municipal de obras también ha arreglado el camino de llegada, que estaba trufado de baches y zonas difíciles para el acceso en automóvil.

Además, se estrenarán las nuevas rampas de entrada a las cocinas. Es una mejora importante en materia de accesibilidad, según reconocía el vocal Andrés Araque: “hemos solucionado un problema porque mucha gente mayor, impedida o personas en sillas de ruedas que no podían subir los escalones que había”.

La otra gran novedad podrá verse, y usarse, en el interior de la ermita. Se trata de una pila de agua bendita donada por una familia. La junta directiva agradece públicamente el gesto de esta familia, sobre todo porque es una pila de piedra natural, muy antigua, que pertenecía a sus antepasados y casa perfectamente con el estilo del templo. “La ermita es muy antigua, preciosa en su sencillez y que te transporta a varios siglos atrás, así que no podíamos poner cualquier cosa”, decía Andrés Araque.

Habida cuenta del apoyo municipal, la hermandad también ha colocado un azulejo, a modo de mosaico, en agradecimiento al Ayuntamiento. Será descubierto oficialmente el sábado, minutos antes de la misa de las 5 de la tarde.

La hermandad confía en que estas mejoras ayuden a que los solaneros acudan en masa, como sucede cada año. El sábado, después de la misa, se prenderá la tradicional hoguera y comenzará la venta de roscos y chocolate. La fiesta continuará el domingo con la bendición de animales y el sorteo de regalos. Antes será la procesión.

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