Vitu: «¿Ascenso a EBA? Si algún año es posible, es este»

Los oficiales alemanes destacaban en la II Guerra Mundial por su libertad de maniobra en el campo de batalla, sin el corsé del Estado Mayor a la hora de tomar decisiones sobre el terreno. Todos los historiadores coinciden en que esa particularidad amplificó el verdadero potencial de la temible Wehrmacht. Salvando las enormes distancias (a todos los niveles), el CB Frutas Doña Ramoncita-La Solana tiene algo de ese método. Su comandante en jefe, Vitu, da libertad a los verdaderos ejecutantes sobre la pista: los jugadores. Son una maquinaria engrasada que salen a jugar con un plan, pero ese plan se amolda según qué circunstancias. Sin la rigidez obligada de una pizarra.

Quizás por eso, entre otras muchas cosas, los amarillos se han convertido en un emblema del baloncesto regional, por su oda constante a la cantera y por su juego centelleante en cada partido. Son la alegría de la huerta, una fiesta para los ojos de todo buen aficionado que alcanzó un punto álgido el pasado sábado. La tropa de Vitu fundió los plomos del CB Socuéllamos -en su propia casa- tras una exhibición para enmarcar (55-74). Fue el partido sin partido. “Esta victoria afianza el trabajo que llevamos haciendo durante años; a muchos les habrá pillado por sorpresa, pero no a nosotros”, decía Vitu en declaraciones a Radio Horizonte.

Lo del sábado fue un escalón más. “Los jugadores lo tenían entre ceja y ceja; nos faltaba ese puntito final para competir en las pistas de rivales de gran entidad”. Misión cumplida. Si ese vestuario ya creía en sí mismo, ahora mucho más. Para Vitu, la diferencia en Socuéllamos fue precisamente esa, creer en el bien del equipo por encima del individual. Un axioma traducido en un juego coral. Sin aristas. El mejor ejemplo fue la aportación de Mario García, probablemente el jugador franquicia, que se quedó en ´solo’ 11 puntos. “Si uno no está a su nivel habitual siempre hay otro que cubre ese teórico déficit”, subraya el técnico.

El cachorro se hizo adulto

Ahora, el CB La Solana ya no es un proyecto prometedor. Es una realidad tangible. Los rivales han dejado de verlo como un jovenzuelo descarado capaz de molestar al más pintado. Se ha quitado el acné. El cachorro se hizo adulto. Si no, es imposible entender ese 9-0 de victorias inmaculado. Vitu, al que salieron los dientes en la casa, no oculta la realidad tras nueve años. “Tenemos la mejor plantilla y la mejor rotación desde que estoy en al frente del equipo”. “Creo que los jugadores han alcanzado su cénit de forma, de estar enchufados y de sentirse importantes dentro del equipo, porque cada uno asume su rol sin egoísmos particulares”.

Pero conviene echar el freno. “El Socuéllamos sigue siendo el gran favorito”, insiste. “Tiene mucho más presupuesto y alguna carta guardada con un americano que les ayudará si hace falta”.

Hasta ahora, todos veían al CB La Solana como el equipo capaz de ganar a ‘cocos’ en un momento dado. El año pasado sucedió con el poderoso CB Daimiel, que fue ‘barrido’ en La Moheda en liga y necesitó una canasta milagrosa para ganar la final de Copa, también en La Moheda. Pero solo en un momento dado. El partido del sábado puede haber cambiado ese cartel. “Es posible que nos vean de otra manera, pero eso no cambiará nuestra filosofía en absoluto”, se apresura a decir. “Además, en el play-off puedes tener un mal día y que todo el trabajo de una temporada se vaya al garete”. O sea, el play-off ya está en la cabeza.

Poderoso caballero es don dinero

¿Y después del play-off? ¿El acrónimo EBA es una opción real o aún suena a tabú? Vitu lo tiene claro. Por un lado, cree que es muy pronto para hablar de algo así. El talante de ese vestuario siempre ha sido el máximo respecto por cada rival, y eso no ha cambiado. Además, la palabra ascenso marea por La Moheda. “Sí, es un tabú por una razón de peso, hace falta mucho dinero”. Otra cosa es que no rehúya las posibilidades deportivas. “Si algún año puede ser real ese objetivo, es este”. El dinero y la remodelación de la plantilla serían harina de otro costal.

De momento, la conquista del lebensraum sigue adelante. Con la misma audacia de siempre. Próxima estación, Toledo.

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