Un tribunal federal de Estados Unidos dictaminó que el presidente Donald Trump no tiene autoridad bajo la Ley de Poderes Económicos en Tiempos de Emergencia Internacional (IEEPA) para imponer aranceles globales, marcando un revés significativo para su política comercial.
La decisión, emitida el 28 de mayo de 2025 por la Corte de Comercio Internacional de los Estados Unidos, declara inválidos los aranceles implementados desde el 2 de abril, incluyendo los denominados “Worldwide and Retaliatory Tariffs” y los “Trafficking Tariffs”.
Jeffrey M. Schwab, juez ponente de la corte, firmó la resolución que concluye que estos aranceles exceden la autoridad delegada al presidente por el Congreso, calificándolos como “ultra vires” o más allá del poder legal otorgado. La sentencia podría obligar a Estados Unidos a devolver miles de millones de dólares recaudados, aunque la administración Trump ya apeló el fallo.
El tribunal argumentó que la IEEPA, promulgada en 1977, no otorga al presidente un poder ilimitado para imponer aranceles, especialmente cuando no se cumplen las condiciones de una “amenaza inusual y extraordinaria” requerida por la ley. Los aranceles globales, que incluían un 10% general a todos los países y tasas más altas a naciones como China, México y Canadá, fueron diseñados para abordar déficits comerciales y el tráfico de drogas, pero el tribunal determinó que no responden directamente a estas amenazas.
En cambio, la corte señala que los aranceles buscaban “crear apalancamiento” en negociaciones comerciales, un propósito que excede los límites de la IEEPA. Además, el fallo enfatizó que la autoridad para imponer aranceles recae principalmente en el Congreso, no en el Ejecutivo, y que la interpretación de Trump representaría una delegación inconstitucional de poder si se aceptara.
Los demandantes, liderados por la organización jurídica Liberty Justice Center y apoyados por estados liderados por demócratas, argumentaron que los aranceles eran un abuso de poder que perjudicaba a empresas y consumidores.
La decisión tiene implicaciones inmediatas: ordena una suspensión permanente de los aranceles impuestos bajo la IEEPA, con un plazo de 10 días para que el gobierno ajuste sus procedimientos administrativos.
Esto detiene de facto la política de aranceles globales de Trump, aunque no afecta a otros impuestos a productos específicos como automóviles, acero y aluminio, impuestos bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962.
Este tipo de órdenes buscan garantizar que las acciones futuras del gobierno respeten los límites constitucionales y legales establecidos por el Congreso, y la medida de ajustar procedimientos ayuda a que las autoridades cumplan con la decisión judicial y eviten futuras infracciones.
Ahora bien, el fallo no garantiza el fin de la guerra comercial, ya que la administración puede buscar otras vías legales, como la Ley de Comercio de 1974, para reimponer aranceles tras procesos más largos que involucren al Departamento de Comercio.
La apelación presentada por el director adjunto del Departamento de Justicia, Stephen Elliot en nombre del gobierno, busca revertir la decisión ante la Corte de Apelaciones para el Circuito Federal, aunque los motivos específicos no fueron detallados en la notificación.
Desde la administración Trump no se tardó en responder. El subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Kush Desai, afirmó en un comunicado que a los jueces no les corresponde decidir cómo abordar adecuadamente una emergencia nacional.
El presidente Trump se comprometió a priorizar a Estados Unidos, y la Administración se compromete a utilizar todos los recursos del poder ejecutivo para abordar esta crisis y restaurar la grandeza estadounidense
Kush Desai, subsecretario de prensa de la Casa Blanca.
Turbulencia en los mercados
La guerra comercial de Trump ha generado turbulencias significativas en los mercados financieros desde su inicio. Los aranceles, anunciados como parte del “Liberation Day” el 2 de abril, provocaron caídas en los índices bursátiles globales, con el Dow Jones y el S&P 500 registrando pérdidas iniciales debido a la incertidumbre.
La pausa de 90 días en algunos aranceles y la reducción al 10% para la mayoría de los países no mitigaron del todo el impacto, ya que las retaliaciones de socios comerciales como China y la Unión Europea afectaron las cadenas de suministro y elevaron los costos para empresas y consumidores.
Grandes marcas como Walmart y Macy’s reportaron incrementos de precios, mientras que pequeñas empresas, como las demandantes, enfrentaron problemas de flujo de efectivo y abastecimiento.
El mercado de criptomonedas también se ha visto afectado por este contexto geopolítico. Bitcoin (BTC), en particular, ha experimentado volatilidad significativa. Los aranceles exacerbaron las caídas de BTC, con una corrección del 10% en su precio tras el anuncio inicial de los aranceles, atribuida a la incertidumbre económica global.
Muestra de ello es que, tras conocerse la noticia sobre el fallo del tribunal federal y la apelación del gobierno, BTC experimentó un «sismo» en su precio. Pasó de USD 108.800 a USD 106.600 en una hora, para luego recuperarse y estabilizarse sobre los USD 107.600, como se aprecia en la siguiente gráfica:
A pesar de estas fluctuaciones, algunos analistas ven a bitcoin como un refugio frente a la guerra comercial. Un informe de Standard Chartered destaca que BTC ha mostrado resiliencia, actuando como una “fortaleza” contra las turbulencias económicas derivadas de los aranceles, ya que su naturaleza descentralizada lo protege de políticas monetarias o comerciales nacionales. Además, mientras el S&P 500 caía, bitcoin mantuvo cierta estabilidad relativa, consolidándose como un activo atractivo para inversores en busca de cobertura.
Como se aprecia en la gráfica de TradingView a continuación, desde el 2 de abril de 2025 el precio de bitcoin ha experimentado una clara tendencia alcista. Pasó de los USD 87.000 a máximos de USD 112.000 en cuestión de semanas, un incremento de 30%.
Como lo dijo a CriptoNoticias Tomás Field, PR manager en el exchange Lemon, bitcoin mostró rápidas señales de recuperación desde el inicio de los aranceles, resistiendo mejor que muchas acciones tradicionales en un contexto de alta tensión geopolítica y financiera.
Analistas de The Kobeisi Letter estiman que, si el fallo del tribunal del juez Schwab se mantiene, Estados Unidos podría tener que reembolsar alrededor de 10.000 millones de dólares en ingresos arancelarios recaudados desde abril, incluyendo 3.500 millones solo a China. Para estos especialistas, “la guerra comercial ha entrado en una nueva era”.
Este reembolso podría aliviar la presión sobre los mercados globales y las cadenas de suministro, potencialmente beneficiando a bitcoin. El activo podría ganar tracción como un activo seguro si los inversores perciben una mayor estabilidad económica tras la eliminación de los aranceles.
No obstante, la apelación del gobierno de Trump podría prolongar la incertidumbre, especialmente si el caso llega a la Corte Suprema. Mientras tanto, la suspensión de los aranceles ofrece un alivio temporal a las empresas afectadas, pero no elimina la posibilidad de nuevas turbulencias, provocadas por medidas comerciales bajo otras leyes.
El impacto en bitcoin y otros mercados dependerá de cómo evolucione el panorama legal y comercial. Si los aranceles se mantienen suspendidos, los mercados podrían estabilizarse, beneficiando a BTC. Sin embargo, una reversión del fallo o la imposición de nuevos aranceles bajo otras leyes podría renovar la volatilidad.
Por ahora, la guerra comercial de Trump ha entrado en una nueva etapa, definida por un enfrentamiento entre el poder Ejecutivo y el judicial, con consecuencias que reverberan desde Wall Street hasta el mercado de criptomonedas.
