Los jóvenes deberán jubilarse a los 71 años para sostener su nivel de vida

Los jóvenes de hoy que se jubilen en el 2065 y tengan solo 30 años cotizados, posibilidad real por una entrada más tardía al mercado y una mayor dificultad para completar carreras laborales largas, tendrán que trabajar en ciertos casos hasta los 71 años para compensar sus menores cotizaciones y conseguir una pensión que permita mantener su nivel de vida al retirarse. Esto se debe también a unas mayores cotizaciones y tasas de sustitución -proporción de la pensión sobre el salario que se percibía- más bajas en el futuro.

Es una de las conclusiones de un informe publicado este jueves por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). “Nuestro sistema de pensiones es de tipo contributivo, hay mucha diferencia entre completar una carrera de 30 años y una de 45. Para compensar la diferencia en la cotización, una posibilidad será prolongar la vida laboral, retrasar la jubilación”, indica Robert Meneu, colaborador del Ivie y profesor de la Universitat de Valencia.

Estirar los años será un paso obligado para muchos teniendo en cuenta que la tasa de ocupación en edades tempranas va a menos. Si en el 2007 la tasa de ocupación de los jóvenes de entre 16 y 29 años era del 58,7%, el año pasado se hundía al 43,2%. Es decir, menos de la mitad de los que se encuentran en esta franja está ocupado.

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Esto complica cotizar los años suficientes para una jubilación adecuada. “La incorporación al mundo laboral más tardía hará más difícil completar carreras laborales suficientemente largas para lograr una pensión a la edad ordinaria de jubilación que le permita mantener su nivel de vida previo”, se incide en el estudio.

Al mismo tiempo, en los últimos ejercicios se ha ajustado la edad ordinaria de jubilación y los años cotizados necesarios y que se usan para llegar al 100% de la base reguladora. A esto se suma el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que aumenta la cotización de los trabajadores para la estabilidad del sistema. El estudio apunta que las reformas harán que los jóvenes tengan que hacer un mayor esfuerzo de cotización y de aportación al sistema de solidaridad en el caso de salarios más elevados, que deja “un menor salario neto para los trabajadores” que “no van a suponer un aumento de pensión”.

Más esfuerzo de cotización y solidaridad sin que haya aumento de la pensión

Como consecuencia, la tasa de reemplazo, la relación entre la primera pensión y el último salario, se reducirá. En España es una de las más elevadas en el conjunto de Europa y puede rondar el 80%, pero con la última reforma del sistema de pensiones, esta tasa será dos puntos porcentuales más baja para los jóvenes, a pesar de tener que hacer mayores esfuerzos.

Así, teniendo en cuenta la incorporación tardía y los menores años cotizados, el estudio calcula que bajo la normativa actual quien acumule 30 años cotizados al momento de jubilarse accederá en el 2065 a una tasa de reemplazo del 75,3% desde el 77,1% actual. Pero no se descarta una bajada de entre 10 y 20 puntos, al 57,6%, si en el futuro se implementan reformas similares a las de otros países del entorno, como elevar el periodo de cómputo de la base reguladora, aumentar los años cotizados para llegar al 100% de la base o vincular la cuantía de la pensión inicial a la esperanza de vida.

Cuanto menor sea la carrera laboral, más baja será la tasa. “Podría dar lugar a problemas de suficiencia, y por lo tanto un nivel de bienestar mermado tanto durante su vida laboral como tras la jubilación”, se alerta. El estudio apunta que las condiciones de la etapa laboral, como salarios o calidad del contrato, se trasladan a la pensión.

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La conclusión de Fundación BBVA e IVIE es que “los jóvenes que se incorporen tarde a su primer empleo tendrán que prolongar su vida laboral más allá de la edad de jubilación establecida para conseguir una pensión que les permita mantener su nivel de vida previo, salvo que dispongan de un ahorro acumulado suficiente (pensión privada, herencia…)”. 

En detalle, aquellos que en el 2065 quieran jubilarse con 65 años y una tasa de reemplazo bruta del 90% deberán tener 40 años o más cotizados. Para llegar a esa tasa con 35 años cotizados habrá que demorar la jubilación a los 68 años, y hasta los 71 mencionados si se tienen solo 30 años cotizados. “El panorama que se presenta para los actuales jóvenes en cuanto a las pensiones futuras es incierto”, se reconoce.

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