
La economía estadounidense creó en mayo 139.000 puestos de trabajo, una cantidad algo superior a la prevista, que era de 125.000. Pero este número demuestra una debilitación del todavía más que resistente mercado laboral, en medio de la tormenta generada por el presidente Donald Trump y su guerra arancelaria, que empieza a dejar sus muescas.
Los indicios muestran que la Reserva Federal (Fed) perseverara en la cautela antes de recortar los tipos de interés en su próxima reunión de este junio. Pero Trump aprovechó las circunstancias para repetir su discurso de que la la Fed debe rebajar el precio del dinero. Esta vez fue un poco más lejos al exigir que ese recorte sea de “un punto completo”, lo que definió como “combustible para cohetes”.
En otra señal de ralentización, con un encogimiento de la plantilla de funcionarios federales (22.000 menos) por los recortes impulsados por el ya es colaborador del ejecutivo, Elon Musk, y las incógnitas que atisban los consumidores, la cifra de abril fue revisada a la baja. Pasó de 177.000, número que hizo que el presidente Trump alardeara de su toque mágico, a un total de 147.000.
En esta revisión a la baja, si se combinan las cifras dadas de abril y marzo, el retroceso es de 95.000 empleos menos.
Los analistas remarcaron, en una primera lectura, que estos datos de empleo, más la revisión a la baja de abril y marzo, avalan la política de ver y esperar que ha fijado la Reserva Federal antes de entrar con las tijeras a recortar los tipos de interés.
Los responsables de la Fed, con Jerome Powell al frente, consideran que se ha de tener paciencia a la espera del efecto de la guerra comercial y otras políticas de Trump, como el polémico proyecto de ley de recortes fiscales, que puede aumentar con varios billones el déficit de EE.UU.
Powell fue recibido por Trump en la Casa Blanca hace unos días. A pesar de la presión, el jefe de la Fed le indicó que el banco central estadounidense no toma decisiones a partir de análisis políticos, sino desde el estudio de los datos económicos. Trump volvió a acusar a Powell esta semana de que se habían de bajar ya los tipos de interés y repitió eso de que el presidente de la Reserva va con retraso.
El índice de paro se mantiene sin variación en el 4,2%, un porcentaje de época de bonanza. La cifra de creación de empleo está por debajo de la media de 150.000 puestos en los últimos doce meses. Esto significa, sin embargo, que continúa una racha constante de contratación a pesar de la caótica agitación política. Los índices bursátiles reaccionaron de entrada de forma positiva.
Esta línea de continuidad indica que los negocios y las empresas siguen viendo suficiente demanda por bienes y servicios que les permite abrir ocupaciones, aunque la expansión se haya enfriado y no se perciba la aceleración de estos años recientes.
Esta cifra también sugiere que la incertidumbre entorno a las políticas económicas de Trump todavía no han causado un sustancial daño al mercado laboral, sorteando los tipos de interés y la inflación. Los analistas prevén que este constatado retroceso puede ser la indicación de una mayor caída en próximos informes.
En estos momentos todo apunta a que hay una correspondencia entre los trabajos disponibles y los trabajadores que buscan empleo, después de mucho tiempo en que había una fuerte demanda no correspondida de trabajadores. En el 2022 había una relación de dos puestos disponibles por cada uno de los que se dirigía al mercado laboral.
El crecimiento de empleos el pasado mes se debió sobre todo al sector de la sanidad y la atención social, con 78.000 nuevas posiciones, así como el ocio y la hospitalidad (restaurantes, bares), que incorporaron 48.000 trabajadores. Otros sectores tuvieron una cifra más plana, como la industria manufacturera, que dio entrada a 8.000 empleados.
Los salarios crecieron más de lo esperado, con una media de un 0,4% por hora, lo que hace que en el cómputo anual de los sueldos hayan subido un 3,9%, si se compara con las previsiones del 0,3% y el 3,7%, respectivamente.