Tailandia y Camboya reavivan su escaramuza fronteriza con intercambio de proyectiles

Los ejércitos de Tailandia y Camboya vuelven a intercambiar fuego y acusaciones en la frontera común, desde el domingo por la tarde. Pero si ayer la escaramuza se reducía a ráfagas de fusiles ametralladores, con resultado de heridos, este lunes se ha dado un salto cualitativo tras el primer muerto -un soldado tailandés- con la intervención de la aviación siamesa y de baterías lanzacohetes camboyanas. El recrudecimiento de los enfrentamientos ha reactivado la evacuación de decenas de miles de civiles a ambos lados de la frontera en disputa, en el norte de Camboya. 

Por televisión, el portavoz del Ejército de Tailandia, Winthai Suvaree, confirmó siete heridos por fuego camboyano. Camboya, por su parte, habla de tres civiles heridos por balas tailandesas. 

El Ministerio de Educación de Tailandia ordenó hoy el cierre de 641 escuelas en cinco provincias fronterizas para “preservar la seguridad de alumnos y docentes”. Miles de vecinos que habían vuelto a sus pueblos y aldeas en las últimas semanas, pese a la situación de riesgo, han regresado hoy a los refugios habilitados por el ejército tailandés. 

Del lado camboyano, la portavoz del Ejército de ese país, Maly Socheata, reiteró hoy que Tailandia disparó primero y que estos ataques han dejado heridos y casas quemadas y forzado evacuaciones. En la provincia camboyana de Oddar Meanchey, el vicegobernador Meth Meas Pheakdey, informó a través de Facebook de “tres civiles heridos por los bombardeos de la artillería tailandesa”.

Camboya habría recurrido hoy también a sus baterías de lanzamientos de cohetes, cuyo acercamiento a la frontera había sido advertido horas antes por las fuerzas tailandesas. Algunos proyectiles habrían caído hasta siete kilómetros en el interior de Tailandia, como no se veía desde 2011, según algunas fuentes. No está claro si se trató de una reacción al empleo de la aviación por parte tailandesa. Desde Bangkok, el ejército reconoce haber bombardeado por lo menos tres objetivos en Camboya con cazabombarderos F-16. Entre ellos, un casino en el que los camboyanos habrían parapetado artillería, según Bangkok, además de dos bases militares. 

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Campesinos camboyanos huyen de sus pueblos, cerca del templo de Preah Vihear, este lunes. El éxodo se da a ambos lados del linde )

anónimo/ Ap-LaPresse

Camboya, que no dispone de cazabombarderos, habría derribado un dron tailandés. Asimismo se sabe ya que el viejo dictador, Hun Sen, oficialmente la tercera autoridad camboyana como presidente del Senado, se ha hecho cargo personalmente de la situación de emergencia -que califica de “invasión tailandesa”- junto a su hijo, el primer ministro Hun Manet. 

Por su parte, el jefe de gobierno de Malasia, Anwar Ibrahim, presidente de turno de la asociación de naciones del sudeste asiático (ASEAN),  instó a las partes a “ejercer la máxima moderación, mantener abiertos los canales de comunicación y aprovechar al máximo los mecanismos existentes” para rebajar los enfrentamientos. 

El primer ministro tailandés Anutin Charnvirakul suspendió hace ya un par de semanas -después de que uno de sus soldados pisara una mina “de nueva colocación”- el acuerdo de paz que el presidente estadounidense Donald Trump había apadrinado en octubre. Pero la actual escalada deja definitivamente en agua de borrajas aquel acuerdo coreografiado en Kuala Lumpur. 

Anutin ha suspendido hoy su inspección prevista de la zona caliente en la frontera tras el despliegue de lanzacohetes camboyanos de fabricación rusa y checa. 

Bangkok y Phnom Penh mantienen una histórica disputa territorial por la soberanía de algunos territorios en su divisoria, cartografiada por Francia en 1907, cuando Camboya formaba parte de la Indochina francesa. Las cercanías del templo jemer de Preah Vihear, que los tribunales internacionales certificaron como parte de Camboya, vuelven a ser uno de los puntos calientes. 

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