Ser el centro de atención

Se le atribuye a Salvador Dalí la famosa frase, ahora ya repetida hasta el hastío, de “que hablen de mí, aunque sea mal”. Si es cierto, se trataría de una variante evolucionada de otra máxima que habría lanzado en su día Oscar Wilde, una de aquellas figuras que colecciona citas célebres, apócrifas o no, en todos los rincones de internet. “Solo hay algo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”, pronunció presuntamente el irlandés. En el universo de las redes sociales, estas ideas parecen haber calado hasta el punto que damos por hecho que muchas figuras públicas juegan a ese juego con tal de seguir en la palestra y marcar el paso. Ser TT aunque sea para mal es mejor que no salir. Y es que si bien pocos expertos en comunicación y marketing recomendarían a su cliente sufrir una mala publicidad viral —o al menos, según el producto—; parece que, en el terreno de la política, hoy tan polarizado, ser el centro de atención, aunque sea para mal, cuenta con grandes ventajas.

Lo hemos visto estos días con Isabel Díaz Ayuso. Pocos días antes de la manifestación convocada por el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de ayer domingo en Madrid; la presidenta de la Comunidad de Madrid decidió ocupar todo el foco mediático anunciando que abandonaría la Conferencia de Presidentes de Barcelona si le hablaban en catalán o cualquier otra lengua que no fuera el castellano. Y cumplió: solo empezar el lehendakari su discurso en euskera, Ayuso se levantó y se marchó. Hasta que la hablaran en la “lengua común”. Y así fue como acaparó la narrativa del día. Y así consiguió que solo se hablara de ella. Y muchos incluso se olvidaron de la manifestación con la que el presidente del PP quería solemnizar el fin de la era del pérfido sanchismo.

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La presidenta del PP de Madrid y del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su intervención en la manifestación del PP bajo el lema ‘Democracia o mafia’

Javier Lizón / EFE

Con todo, Ayuso monopolizó la conversación política en redes sociales todo el fin de semana, incluidas las horas de la marcha en Madrid. Por supuesto, durante su discurso contra la “dictadura de las minorías”, pero también cuando hablaba Feijóo en plaza España. Volviendo al terreno digital, la madrileña se ganó muchas más críticas que vítores y aplausos. En el terreno de la radicalización que es X, los ultras de derecha la apoyaron, claro, pero con más reservas que si fuera de otra formación más próxima a su mensaje. Incluso aunque a veces no se sepa quien es quien. O falló la consigna, o no la hubo, o simplemente esta vez los otros eran más. Recordemos que las redes son reactivas. De manera, que fue el campo de la izquierda la que pudo criticar y caricaturizar a placer una de sus enemigas preferidas.

Como no podía ser de otra manera, su alter ego digital cuqui fake, es decir, @Idiazaquso coleccionó virales a costa de la mofa constante. La cuenta parodia más famosa de Ayuso comenzó retratando a la susodicha en el avión camino a Barcelona, con la bandera española bien doblada y planchada para exhibirla cuando hiciera falta, y advirtiendo de que le habían dicho que “allí hablan raro”, con un idioma “que se han inventado quitando vocales al español”. Más adelante, confesaba que no plantó la reunión porque el “vascongado” le resultara molesto, sino porque tenía otras razones fisiológicas de peso.

Las cuentas anti Ayuso ganan en la conversación y la ridiculizan por su gesto en Barcelona; también se viraliza una poco habitual defensa de las lenguas cooficiales

No faltaron alusiones, claro, a MAR, su asesor estrella, ni a los problemas de su pareja con la justicia, ni tampoco el espinoso asunto de la gestión de las residencias durante la pandemia, que tanto la incomoda a ella y tanto gusta explotar a sus rivales. De hecho, los estacazos digitales tienen mucho del discurso de Mas Madrid, auténtico azote de la presidenta en cada sesión plenaria de la Asamblea. Y qué mejor traslado a la realidad tangible de ese choque que el breve diálogo, por llamarlo de algún modo, que mantuvieron Ayuso y Mónica García en la mismo acto en Barcelona. “¿Saludarás a una asesina?”, parece que le dijo la popular a la ministra, líder, por cierto, de la formación de izquierda madrileña. “Menos mal que ha venido la señora esa de gafas, que Mónica García me quería hacer llorar. Y todo por dejar morir a los 7291 vejetes”, subrayaba la falsa Ayuso al respecto.

A propósito también de la actuación —en todas las acepciones del término— de Ayuso, también circularon bastantes, y poco habituales, defensas de las lenguas del territorio español. Viral se hizo, por ejemplo, la imagen de cinco jóvenes en la manifestación del 3 de octubre de 2017 en Barcelona con las siguientes banderas: estelada, rojigualda, ikurriña, canaria independentista y tricolor republicana. El usuario daba así a apoyo a la “diversidad cultural”. Alguien también rescató la famosa comparsa gaditana infantil en favor de catalán, euskera y gallego, y otros traían a colación una antigua viñeta que ironiza con que el hecho que los monolingües sean los que den lecciones de educación a los bilingües. Y un gran chiste para finalizar: los madrileños ya conocen la criptonita de su presidenta: si quieren echarla, bastará con hablarle en euskera y se irá como arte de magia. Al menos esta era la receta que más se difundió. ¿Funcionará?

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Matiz: no es que todo el mundo hablara mal de Ayuso. No fueron pocos los que se acogieron a su gesto para defender otra vez que no hay plurinacionalidad en España que valga, y señalar el absurdo, a su juicio, de usar pinganillo porque “en español nos entendemos todos”. Obviamente los anti Sanchez también aparecieron, y no hay que ocultar que el estilo espectacular de la presidenta tiene adeptos, a rebufo de lo que marca el trumpismo internacional, pero lo cierto es que el presidente del Gobierno puede agradecérselo: esta vez se ahorró unos cuantos insultos en X.

Y se lo agradecerá también porque su protagonismo probablemente haya permitido rebajar el foco de la protesta de ayer de Madrid y trasladar la presión al otro lado. Que ayer el titular de Ayuso en una entrevista en un medio de comunicación de Madrid fuera para el Congreso del PP de julio y no para la manifestación de Feijóo resulta significativo. Ayer fue la más aplaudida en la calle. Y mientras populares llegados con autocares se achicharraban en las calles de la capital española, cuentas de X que mantenían a Ayuso en lo más alto del TT español decían abiertamente que la preferían como lideresa del partido al gallego. Que hablen de una siempre sirve para algo. 

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